martes, 23 de abril de 2013

Sobre Educación (Uno)



Durante los años noventa, la educación cambió debido a todos los procesos que se dieron gracias a la globalización. Se pensó la educación como una función prioritaria para adecuar a los individuos a las exigencias de los cambios económicos, científicos y tecnológicos que se dieron con este fenómeno. La calidad y la equidad de la educación, así como las nuevas políticas económicas, hicieron que se diera un vuelco en su concepción. De este modo, los directores y coordinadores de los planteles comienzan a verse como gerentes o administradores, lo que conlleva a la descentralización y la pérdida de la autonomía escolar. La evaluación y la rendición de cuentas aparecen como la clave para el control de las instituciones educativas.
Lo claro es que esto anterior obedece a las nuevas políticas educativas internacionales que supuestamente buscan ayudar a los países pobres a educar a sus gentes. En el último decenio los gobiernos de turno han matriculado y confirmado a Colombia en estas propuestas educativas oficiales de las grandes potencias. Si bien las políticas internacionales de educación buscan homogeneizar el proceso, la verdad es que este depende mucho de factores que en Colombia claramente no son óptimos, como el factor económico. Por esto el anhelo de democratizar la educación en nuestro país ha sido un proceso problemático a lo largo de la historia. Toda vez que un nuevo gobierno se acerca a la ilusión de la formación escolar universal, gratuita y obligatoria aparece. Sin embargo todo esto no es más que un sueño porque la educación en Colombia aún no constituye una prioridad nacional. Siempre ha estado sujeta al maniqueísmo de los políticos, las coyunturas y los intereses del poder al punto de hoy ocupar el último lugar, junto con el aporte fiscal a la salud en los gastos presupuestales del país.
A principios del siglo XX en la Colombia rural, toda tentativa del gobierno por hacer de la instrucción elemental algo obligatorio se vio frustrado por la negativa de los padres, pues muchos de estos jóvenes ayudaban en el trabajo de la tierra y muchas familias consideraban una pérdida de tiempo la escuela. Esto contrastaba drásticamente con la élite del país que se educaba en las mejores escuelas, con instructores extranjeros y colegios de prestigio administrados por la iglesia. Esto cambió un poco con la industrialización del país, lo cuál hizo que la emigración del campesino a la ciudad generara nuevos establecimientos educativos públicos. Sin embargo, esta no era una prioridad para el gobierno.
El sector público empezó a ocuparse únicamente de las clases más populares luego de que los colegios privados se abrieron poco a poco a la clase media. Sin embargo la educación pública ha sido de mala calidad. El personal mal pago. La infraestructura muchas veces no apta hace que a nuestros días el problema de la educación en Colombia siga teniendo un panorama gris.

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