viernes, 6 de noviembre de 2009

Stop Motion de Samantha del Rio



Stop Motion de mi amiga Samantha del Rio.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Vangelis - 1992 Conquest of Paradise


01. Opening
02. Conquest Of Paradise
03. Monastery Of La Rabida
04. City Of Isabel
05. Light And Shadow
06. Deliverance
07. West Across The Ocean Sea
08. Eternity
09. Hispanola
10. Moxica And The Horse
11. Twenty Eighth Parallel
12. Pinta, Nina, Santa Maria (Intro Eternity)


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Inglorious Basterds de Quentin Tarantino



Cada vez que voy a ver una película de Quentin Tarantino sé que tengo algo garantizado: sangre, violencia gratis, diálogos súper divertidos y guiones muy originales. Pero luego de ver Inglorious Basterds ya no sé qué esperar. El último filme de Tarantino, es uno de los más “Tarantinianos” de cuantos haya filmado, sin embargo cuando digo que no sé qué esperar para un próximo estreno suyo me refiero a la historia. Tarantino mató a Hitler; fue asesinado por un judío suicida que pertenecía a un ejército que emboscaba nazis conocido como los bastardos, ejecutándolos de la forma más cruel posible, todos ellos bajo el mando del teniente Aldo Reine (Brad Pitt). Inglorious Basterds es un filme muy divertido sin duda, me encanta como Tarantino se burla totalmente de la historia, al diablo con los libros de la segunda guerra mundial, el director nacido en Knoxville escribió su propia versión de la guerra, y vaya que le salió muy bien. Por eso hay que verla de una manera diferente, si se queda en la superficie se puede correr el riesgo de estar frente a una de las mayores farsas que se han escrito para cine, sin embargo si se mira más a fondo de seguro nos resultará muy divertida, y parece que quien más se divierte con esta película es precisamente Tarantino. Lejos su mejor película desde Jackie Brown.

Cabe destacar las actuaciones de sus dos protagonistas, en primer lugar el Coronel Nazi Hans Landa interpretado por Christoph Waltz, un excéntrico y despiadado personaje apodado el “cazador de judíos”, actuación que le valió una Palma de Oro en el festival de cine de Cannes, simplemente fantástico. Y por supuesto el trabajo de Brad Pitt interpretando a Aldo Reine, un pintoresco y cómico teniente, que gracias a su elocuencia y su marcado acento sureño se apodera de la pantalla desde el primer instante en que aparece.

Si tiene la posibilidad, vaya a verla, un buen plato de violencia, mezcla magistral de géneros y acción, de paso se divierte escuchando como toda la sala de cine pasa de decir “ouch!” a incontenidas carcajadas producidas por situaciones que a decir verdad, distan mucho de ser agradables; al fin y al cabo no es otro que Quentin Tarantino.





Lo Detectivesco en Edgar Allan Poe


El cuento o la novela policial es uno de los géneros que más atrapan de cuantos existen en la literatura. Se nutre de la acción, el drama y el suspenso que genera en la mayoría de los casos una inmersión del lector, quien durante la lectura va haciendo las labores de un detective externo; sigue sus propias pruebas y razones lógicas a la par del personaje del libro. La historia da el mérito a Edgar Allan Poe como el creador del género policiaco gracias a sus obras “Los Crímenes en la Calle Morgue”, “La Carta Robada” y “El misterio de María Roguet”. Poe entrelaza estos tres textos gracias la figura de C. Auguste Dupin. Este Personaje no es estrictamente un detective profesional, sino más bien un hombre hábil e inteligente que combina su intelecto y creatividad para lograr resolver los casos. Poe creó a Dupin mucho antes que el término detective fuese conocido. “No se sabe a ciencia cierta qué lo inspiró, pero el apellido Dupin parece provenir del inglés “Duping” que significa engañar o timar”[1]

Es tanta la destreza de este detective que parece incluso que lee los pensamientos de su compañero (el narrador), además logra identificarse con el criminal y adentrarse en su mente. Esta actitud en la que este hábil detective piensa como el malhechor para resolver un crimen se ve explicada en “La Carta Robada” donde Dupin narra la habilidad de un pequeño chico para jugar a los pares e impares.

“Conocí a uno que tenía ocho años y cuyos triunfos en el juego de «par e impar» atraían la admiración general. (…) Uno de los contendientes oculta en la mano cierta cantidad de bolitas y pregunta al otro: “¿Par o impar?” Si éste adivina correctamente, gana una bolita; si se equivoca, pierde una. El niño de quien hablo ganaba todas las bolitas de la escuela. Naturalmente, tenía un método de adivinación que consistía en la simple observación y en el cálculo de la astucia de sus adversarios. Supongamos que uno de éstos sea un perfecto tonto y que, levantando la mano cerrada, le pregunta: « ¿Par o impar?» Nuestro colegial responde: «Impar», y pierde, pero a la segunda vez gana, por cuanto se ha dicho a sí mismo: «El tonto tenía pares la primera vez, y su astucia no va más allá de preparar impares para la segunda vez. Por lo tanto, diré impar.» Lo dice, y gana. Ahora bien, si le toca jugar con un tonto ligeramente superior al anterior, razonará en la siguiente forma: «Este muchacho sabe que la primera vez elegí impar, y en la segunda se le ocurrirá como primer impulso pasar de par a impar, pero entonces un nuevo impulso le sugerirá que la variación es demasiado sencilla, y finalmente se decidirá a poner bolitas pares como la primera vez. Por lo tanto, diré pares.»

Así lo hace, y gana. Ahora bien, esta manera de razonar del colegial, a quien sus camaradas llaman «afortunado», ¿en qué consiste si se la analiza con cuidado?

- Consiste -repuse- en la identificación del intelecto del razonador con el de su oponente.

-Exactamente -dijo Dupin-“[2]

Indudablemente, este personaje hace una combinación entre la lógica y la imaginación artística. María Luis Rosenblat en su texto “Lo fantástico detectivesco, aproximaciones comparativas a la obra de Edgar Allan Poe” lo señala también; “El relato detectivesco o novela policial tiene como tema una investigación científica racional y de aquí que participe de una doble naturaleza: Científica y artística”[3].

Cabe señalar que Poe generó controversia por este tipo de escritos considerados “contradictorios” con lo que usualmente escribía. Los cuentos policiacos son indudablemente textos basados en la lógica y en lo racional. Poe señaló al Racionalismo como “el mal de su época” y es por esto que sus obras sobre crímenes resueltos con la agudeza racional del método científico hizo que se levantaran las voces de su enemigos literarios que por cierto, eran numerosos. Rosenblat plantea muy bien el debate que se dio en la época en palabras del escritor francés Thomas Narcejac:

“¿Cómo una novela, es decir, una obra de la imaginación puede ser “policiaca”, es decir, derivar de una técnica puramente científica? ¿Qué es ese producto híbrido que reúne en si tanto el arte como la ciencia? ¿No es más bien un cuerpo inestable, siempre dispuesto a expulsar uno de los dos elementos que lo constituyen y a ser, o bien una novela que se vale de accesorios científicos, o bien un objeto de laboratorio decorado con oropeles literarios?”[4]

Esto anterior se debe claramente a la naturaleza del cuento policíaco. Umberto Eco en “la Metafísica Policiaca” afirma que un relato policial constituye una conjetura en estado puro. Además consta de un carácter casi médico o matemático. La trama del relato policiaco busca dar respuesta a ¿Quién?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? y ¿Por qué? Aquí es necesario conjeturar que los hechos tienen una lógica; la lógica que el culpable les ha impuesto. Toda obra de este tipo requiere de algunos componentes particulares; el enigma provocado por el crimen. Es necesario resolverlo, recolectar las pruebas y atar cabos para llegar a una conclusión satisfactoria tras una serie de deducciones lógicas. La interrogante que se plantea se dirige visiblemente hacia el porqué existe tanta dificultad para terminar la investigación, es decir, por qué no se logra capturar al criminal.



Esto anterior genera indudablemente una intriga y un suspenso que hacen que el lector se quede pegado a la historia. Posteriormente se presenta la investigación y por supuesto, la figura del detective. En cuanto a la investigación debemos decir que es una reconstrucción del caso, mediante los rastros que ha dejado el criminal. Otros elementos de esta los señala Roger Caillois:

en el género literario policial existe una especie de inversión del tiempo, se sustituye el orden del acontecimiento por el orden del descubrimiento, debido a que se enfoca desde el punto de vista de una deducción, no de un relato. No se trata de una historia, sino del trabajo que la reconstruye y que procura satisfacer antes que nada a la inteligencia”[5]

Ahora bien, la figura del detective en la novela policiaca clásica es una personificación del antiguo héroe, una figura con las características de C. Auguste Dupin: Un hombre casi siempre representado por un tranquilo ciudadano urbano, detective no profesional, amante de la ciencia, independiente, hábil, culto, virtuoso, intelectual, detallista, reflexivo que razona, busca e investiga las posibilidades de que una ocasión y un móvil coincidan en una persona y en él cual luego de la observación se enraizó la deducción, un individuo que basa su victoria en puro triunfo de espíritu.

Con base en lo anterior nace la pregunta que muchos tuvieron que hacerse a mediados del siglo XlX ¿Cómo un hombre atormentado por sus múltiples desgracias, escritor de fabulosos cuentos fantásticos escribe este tipo de relatos con la agudeza de un racionalista? Pues bien, aquí se plantean varias hipótesis. Narcejac afirma que “la obra de Poe surge en una época en que se pensaba en los misterios inexplicables del hombre y del universo podía ser desentrañado por el correcto uso del método científico”[6]. Esto anterior bajo el precepto positivista-racionalista de que todo pensamiento o acto humanos obedece a leyes constantes y determinantes que pueden ser previstos. Esta es una de las posturas que se tienen frente a el proceso de composición de Poe, aquella que sustenta que para él no existe o no cuenta la inspiración y su proceso de escritura evidencia una labor consciente y lúcida de un resultado, como en sus cuentos policiales.

De hecho Poe en su ensayo “El método de composición” deja entre ver esta idea al afirmar que su deseoes demostrar que ningún punto de la composición puede ser atribuido a la casualidad o la intuición, y que la obra ha marchado, paso a paso, hacia su solución con la precisión y la rigurosa lógica de un problema matemático”[7].

Sin embargo, cabe señalar que esta postura de Poe frente a la composición no debe sorprender al incauto lector, pues para él, la obra tiene una forma particular de componerse mediante una sucesión lógica, y que incluso mediante el poder racional la obra podría verse funcionando como un reloj. Nuestra tesis es precisamente que si bien Poe elabora este riguroso método de composición, sus temas obedecen a sus múltiples estados emocionales en lo que respecta de sus cuentos fantásticos y de terror, y a su gran imaginación e inteligencia en sus cuentos policiales, lo cual no hace que Poe deba ser señalado como un racionalista, o “hijo de su época”.

¿Y cómo sustentar esto anterior en su obra? Basta que observemos uno de sus cuentos policiacos: La carta robada. Poe tiene una fantástica cualidad en casi todos sus relatos y es la de mostrar el final, o la trama principal del cuento en el principio del mismo.

Al iniciar La Carta Robada, nos encontramos con un epígrafe de Seneca:

Nil sapientiae odiosius acumine nimio

La anterior alocución significa “Nada es más odiado por la sabiduría que el exceso de astucia”. Poe nos anuncia desde el mismo principio que este caso se va resolver por algo demasiado evidente, además de ser “más fácil de lo que parece”. En el cuento Dupin también lo señala al afirmar que “Quizá sea la gran sencillez de la cosa la que los induce al error”[8] la imaginación de Poe se ve reflejada en este cuento claramente gracias a su estructura particular. María Luis Rosenblat señala que el elemento dramático se ve disminuido pues desde un comienzo se sabe quién comete el crimen, aquí el interés recae en cómo Dupin logra resolver el caso.

Como ya hemos señalado anteriormente, la resolución del caso depende básicamente de la “identificación del intelecto del que razona con el de su oponente”[9].Ya hemos dicho que funciona mediante el mismo método que usa el colegial en su juego de pares e impares. Sin embargo hay otro factor determinante en la resolución del caso y es la fuerza de lo evidente, la cual hace que muchas veces la verdad escape a nuestra mente. Dupin sabe de antemano que el ministro D.. es quien ha robado la carta. Pero ¿cómo encontrarla? Él sabe que sin pruebas no se puede ordenar una inspección en su casa. Lo que hace Dupin es sencillamente astuto; decide pensar como el ministro, pero teniendo en cuenta la naturaleza del mismo. El ministro D.. es además de poeta, matemático y esto hace que sea capaz de razonar bien. Dupin afirma que si fuese tan sólo matemático habría quedado a merced del prefecto. Sabiendo esto Dupin se da a la tarea de encontrar la carta en donde los policías se han negado a buscar por el simple hecho de que parece “muy evidente”, es decir su mansión. Así todo cuanto hemos señalado a lo largo de este escrito sobre la naturaleza del cuento policiaco se pone en marcha para una resolución tan fascinante como inteligente: Dupin encuentra la carta en un lugar tan obvio, tan a la vista que nunca nadie hubiese imaginado que algo tan valioso y celado se encontrara tan expuesto.

Finalmente, cabe señalar que Poe y su personaje Dupin dan el primer paso en un género que indudablemente fue controversial en su época. A principios del siglo XX a la novela policiaca se le denominó “literatura barata” sin embargo con el transcurrir del tiempo otros autores inspirados por el taciturno escritor bostoniano crearon un universo muy rico dentro del género como es el caso de Arthur Connan Doyle y su pintoresco personaje Sherlock Holmes. Incluso en nuestros días los pensamientos de Dupin siguen presentes por ejemplo en el cine. En el filme “El Pianista” del director polaco Roman Polanski una familia judía se ve obligada a huir de Varsovia tras la ocupación nazi. Con la esperanza de volver a su hogar deciden dejar algunos muebles y esconder una cantidad de dinero. Todos plantean esconder el dinero en recónditos escondites, arrancar una planta y dejar el dinero bajo las raíces etc. sin embargo un miembro de la familia plantea dejarlo sobre la mesa tapado simplemente con un sombrero. Obviamente es tomado por loco por el resto de su familia. Así pues, la literatura policiaca continúa ganando adeptos alrededor del mundo y sin embargo siempre volveremos a abrir los libros de Edgar Allan Poe y deleitarnos con la astucia de Chevalier Auguste Dupin.


[1] PLANELLS, Antonio. “El Detective Literario: Panorámica del género policiaco de Poe a Borges”

[2] POE, Edgar Allan. “Narraciones Extraordinarias – La Carta Robada” Editorial Iberia. Barcelona, 2002

[3] ROSENBLAT, María Luisa. “Lo fantástico y lo detectivesco, aproximaciones comparativas a la obra de Edgar Allan Poe”. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 1988.

[4] Ob.Cit.Pp 168

[5] CAILLOIS, Roger. Acercamientos a lo imaginario, Fondo de Cultura Económica. 1989.

[6] ROSENBLAT, María Luisa. “Lo fantástico y lo detectivesco, aproximaciones comparativas a la obra de Edgar Allan Poe”. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 1988

[7] POE, Edgar Allan. Método de composición. Editorial Claridad. Buenos Aires. 2006

[8] POE, Edgar Allan. “Narraciones Extraordinarias – La Carta Robada” Editorial Iberia. Barcelona, 2002

[9] ROSENBLAT, María Luisa. “Lo fantástico y lo detectivesco, aproximaciones comparativas a la obra de Edgar Allan Poe”. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 1988

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Kitaro es para mi junto a Akira Kurosawa los dos más grandes artistas japoneses que he visto. Inspirado por la música del R&B de Otis Redding, aprendió por su cuenta a tocar guitarra. A este respecto él señala que nunca tuvo una educación musical y que sólo aprendió a confiar en sus oídos y en sus sentimientos. Atribuye sus creaciones a una fuerza que está más allá de él. "Esta música no proviene de mi mente," señala. "Es del cielo, pasa a través de mi cuerpo y sale por mis dedos convirtiéndose en una composición. A veces me maravillo. Nunca practico. No leo ni escribo música, pero mis dedos se mueven. Me pregunto, '¿De quién es esta canción?' Escribo mis temas pero no son mis temas."*Kitaro Hace música instrumental que tiene como base fundamental los teclados y los sintetizadores, además de una fuerte presencia de la música tradicional japonesa.

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Parte1 Parte 2

La Gente Aún se Casa

El parque de las nieves es quizás el espacio más paradójico de todo Girón. En ocasiones, es el lugar predilecto para llevar a cabo actos culturales que en realidad se reducen a los esfuerzos del alcalde por desviar la atención de su dudoso proceder en la administración, y que no son más de dos o tres por cada periodo. El sábado en la noche, el parque recibe todas las tribus urbanas del pueblo, y se convierte en una especie de Woodstock cotudo, engalanado por las fachadas antiguas, y la media luz de las lámparas al estilo barroco. Y digo Woodstock porque la fiesta de la marihuana y las demás drogas en el parque de las nieves es algo ya institucional en el pueblo, al punto que la policía se cansó de llevarse revoltosos a la estación y decidió hacerse la de la vista gorda.

Pero todo esto cambia cuando la iglesia está abierta (algo extremadamente raro) la única opción para que esto suceda es bien sabida por todos los habitantes del pueblo. Alguien de plata se va a casar.

Un sábado cualquiera, me encontraba en mi casa, intentando distraerme y evitando el tedio que se posa usualmente sobre mis fines de semana. Así que sin más opción, y cansado de estar encumbrado en mi habitación decidí salí a tomar aire fresco, o sea, a fumarme un cigarrillo al parque de las nieves. Sólo por si acaso me llevé mi cámara fotográfica, pues me dije a mi mismo “Uno nunca sabe qué imagen haya para capturar”. Desde que tomo fotografías la cabeza se me volvió un ocho pues mientras camino, compongo imágenes y me digo “Uy, aquí puede haber una buena fotografía” o a veces he llegado a pensar “Que tal que un día tome una foto y en ese mismo instante asesinen a una persona y mi cámara lo registre?” Al estilo Blow Up de Michel angelo Antonioni? uno nunca sabe, en un país tan violento como este todo puede suceder. Al llegar al parque este se encontraba repleto de automóviles, gente con trajes elegantes, y la iglesia estaba abierta. Decidí sentarme en un extremo a contemplar el doloroso hecho (Siempre he creído que el matrimonio es una forma de matarse lentamente). En la mitad del parque, dos señoras trabajaban afanosas extendiendo una alfombra roja, propia de estrellas hollywoodenses. Al lado de ésta, dos velos se extendían casi por todo el parque, soportados por candelabros muy bonitos donde reposaban sendas veladoras que daban un toque romántico a la escena (Según la gente) y lúgubre según yo. Mi cigarrillo iba por la mitad cuando de repente el carro de la novia, que se distingue a kilómetros de distancia por toda la pompa y los ramos de flores que se le adhieren, hace su entrada al parque y se estaciona justo a mi lado. Del carro desciende un señor robusto con un traje que se veía claramente que no era de él, se le ve incomodo con esta ropa, y además cuándo desciende del auto veo como ese impecable traje negro con corbata azul contrasta con unas fabulosas medias blancas con motivos de futbolito media canilla que el señor trae puestas.

Enseguida desde la iglesia unos jóvenes se acercan al carro y observan la novia.

Uno de ellos dice “Uy prima, tan linda que quedó”. Yo la verdad no comparto esa idea, cuando pude ver la novia observé que tenía un vestido tan grande que parecía un pastel andante. El señor que salió del carro inicialmente pregunta ¿dónde está Julián? ¿Ya llegó? A lo que uno de los muchachos que se han acercado responde, “no, aún no ha llegado”

El señor muestra su cara de descontento y exclama “Pero como hijueputas que el novio no ha llegado”. Desesperadamente el señor toma su teléfono celular e intenta llamar a mucha gente, mientras tanto viene el fotógrafo contratado por la familia y toma algunas fotografías a la novia descendiendo del carro. Puedo ver a la novia, es una joven mujer de no más de 22 años, bajita, con cara de niña asustada y a la vez fastidiada de estar metida en un traje que a duras penas la deja caminar. En ese momento por el otro lado del parque un señor afanado se baja de un carro, y arriva a la iglesia, la madre de la novia lo ve y dice “mire llegó Julián”. Entonces una proseción de gente viene tras la novia para ayudarle con su largo velo y evitar que este se arrastre por el suelo sucio del parque. Veo que las señoras que trabajan en la alfombra roja siguen en su labor, entonces pregunto a un señor que se encuentra a mi lado ¿A caso la novia no debía pasar por ese tapete rojo? El señor me responde “Nooo manito, esa misa ahí es carísima, y con ese trapo si que más, eso debe ser para una gente de más plata ahorita más tarde, eso hacen esa misa rapidito y llegan los otros pacientes a casarse, eso mijo es como peluqueando bobos esas misas ahí, yo he visto hasta 4 matrimonios un sábado”.

Comprendo le digo yo, reina un silencio, voy en mi tercer cigarrillo y toda la gente que se encontraba agitada antes de la misma se encuentra ahora dentro de la iglesia, decido que me quiero ir, y cuando volteo a mirar a mi compañero de andén, este me dice:

Que vainas no mano? La gente todavía se casa. Yo digo si, es increíble pero mire, ahí está la prueba, y se casan de blanco . . . . .

Lo Simbólico en "El Gato Negro" de Edgar Allan Poe

La obra cuentística de Edgar Allan Poe está nutrida por numerosos aspectos propios de su época. Poe vivió el romanticismo en cuerpo y alma, y su Literatura se encuentra impregnada de aquella melancolía y desazón esencial del alma romantica, pero también de otros aspectos bien interesantes propios de este movimiento: la religiosidad, la superstición, el estudio de la Biblia desde un punto de vista profano, la transmigración de las almas etc. De allí surgen obras que se remiten casi siempre a lo fantasmal, lo terrorífico, soportado todo esto en el folklore popular y cómo no, en poetas predecesores como William Blake y John Milton.

Es claro ver que estos temas, tan propios en la literatura de Edgar Allan Poe, generan un sentimiento fuertemente arraigado en la naturaleza humana: el miedo. H. P Lovecraft afirma en su libro El horror sobrenatural en la literatura que “El miedo es de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el tipo de miedo más viejo y poderoso es el temor a lo desconocido”[1]. El origen de todo esto data de los primeros instintos del ser humano, los cuales formaron la idea del ambiente en el que se encontraba. El miedo, lo fantasmal y lo sobrenatural son elementos propios del afán de los humanos por dar explicación a ciertos fenómenos que están mucho más allá de nuestro entendimiento.

Lovecraft lo señala muy bien: “Lo desconocido, al igual que lo impredecible, se convirtió para nuestros antepasados primitivos en una fuente tremenda y omnipotente de calamidades y de favores que se dispensaban a la humanidad por unos motivos tan misteriosos como enteramente extraterrenales”[2]. Hay que hacer un énfasis en las cualidades benéficas y maléficas de algunos entes sobrenaturales propios del folklore. Anteriormente señalamos la existencia de seres ultra terrenales que otorgan favores y que castigan; más adelante veremos por qué el romanticismo se obsesiona con este tipo de las dualidades Bien/Mal, Dios/Demonio; por ahora, basta decir que en la Historia de la Humanidad una figura protectora y una maligna nos han acompañado en el recorrido por el mundo; sin embargo, se torna interesante analizar deidades más modernas, como el mismo dios de los cristianos, con su posición de Padre Todopoderoso del Nuevo Testamento, contrastado con el Dios punitivo, vengativo y castigador del Antiguo Testamento, así como el culpable de todas las desgracias de los afligidos cristianos: El Diablo.

Cabe señalar que estos aspectos demoníacos y sobrenaturales fueron combatidos por la Iglesia, de modo que correspondió a unos cuantos arriesgados en la Edad Media, y luego a los intelectuales del romanticismo, estudiarlos. Tal como señala Lovecraft: “Debido a que nuestros sentimientos con respecto a los aspectos benéficos de lo desconocido fueron captados en primer lugar y formalizados por los rituales religiosos convencionales, es porque toda la parte más tenebrosa y maléfica del misterio cósmico figura destacadamente en nuestro folklore popular y sobrenatural”[3].Partiendo de lo anterior no hay derecho a asombrarse por la existencia de una literatura relativa al temor cósmico, a lo fantasmal, a lo demoníaco.

Antes señalamos una de las cualidades más prominentes del romanticismo: su profunda religiosidad. Sin embargo, esta religiosidad debemos entenderla como el indagar en lo oculto, en lo profano, en lo prohibido por las tradiciones. No obstante, este culto a lo religioso del romanticismo tiene un predecesor histórico importante: el iluminismo. Forrest Schultz, en su artículo “La base espiritual del romanticismo[4]” lo explica muy bien. Rousseau, quien es considerado el padre del romanticismo, hace de este movimiento una respuesta al iluminismo. A diferencia del protestantismo que se sublevó contra las distorsiones del cristianismo, el iluminismo rechazó enfáticamente el cristianismo y desarrolló una figura mecanicista en la que Dios estaba o totalmente ausente, o en el mejor de los casos se le asignaba un rol mínimo. Ahora bien, en la obra de Allan Bloom “Amor y amistad” el autor lo explica claramente: “Rousseau no quería un mundo “desencantado” no quería un mundo que consistiese únicamente de átomos moviéndose de manera aleatoria y no deseaba un mundo carente de poesía, de propósito y de amor. Rousseau rechazó el cristianismo, pero no podía aceptar la esterilidad de un estado en el que no existe religión del todo; de manera que inventó su propia religión. Esa religión fue el romanticismo que buscaba inyectarle a la vida la religiosidad que el iluminismo había suprimido”[5]. De esta manera el romanticismo pasa a ser un movimiento casi dogmatico donde las pasiones juegan un papel importantísimo. “En el romanticismo se experimenta el hastío si se carece de una devoción dramática por un amante, o hacia una causa”[6]. En esta “religión” romántica se considera heroico hacer lo que sea para conseguir “su verdadero amor” a cualquier costo, sin importar si hay que violar la moralidad, al estilo Emma Bovary. Esta imagen del romántico que se sumerge en sus pasiones sin importar un futuro negro, desalentador, nos recuerda al mismo Poe, escribiendo lo que sería su obra maldita: Eureka. Una obra que acabó de sumirlo en la tristeza, lo dejó en bancarrota y acabó con su fuerza dado que según la comunidad científica no tenía el rigor para ser ciencia, ni tampoco las cualidades de la brillante literatura con que tenía acostumbrado al mundo.

Es precisamente esta cualidad religiosa, devota por los estudios de lo “prohibido” que hizo de los artistas de este movimiento algo tan original. Los románticos conocían la cábala, el ocultismo, la astrología y la cosmología, y usaban estos conocimientos en su escritura, tal como lo hizo Poe.

Los románticos hicieron lecturas diferentes de la Biblia. La leyeron desde lo profano, desde lo oculto; lo religioso era una forma de llegar a lo prohibido. Así, la superstición y lo diabólico se puede observar, por ejemplo, en uno de los cuentos más representativos de Edgar Allan Poe: El gato negro, un cuento de terror que muestra los bajos instintos humanos catalizados por una provocadora criatura que despierta el odio en su amo. Aquel gato, en primera instancia, fue ahorcado por su amo. Pero éste, tras una visita a una taberna, se encuentra con otro gato que decide llevarse a casa para que llene el vacío que ha dejado el animal anterior. El comportamiento del personaje da un giro inesperado: toma actitudes crueles y hostiles contra el nuevo animal, como si en él renaciese el anterior. Aquí podemos hallar una explicación en la simbología.

Debido al magnetismo y al comportamiento del gato, éste desempeña un papel muy importante en la magia. En el antiguo Egipto, se asociaba con la diosa Isis, que de paso era considerada “Gran maga y diosa madre”. No es de extrañar, entonces, que el gato posea estas cualidades mágicas desde la antigüedad. Ahora bien, un gato negro se asocia con las tinieblas y la muerte. En el budismo, y especialmente en la cábala, el gato se asocia con la serpiente. ¿Y qué representa la serpiente en el mundo occidental? La sabiduría y, además, una de las tantas personificaciones de Satanás. Podríamos decir incluso que el gato, desde la cábala, es símbolo del pecado. Esta creencia fue muy alimentada en la Edad Media, donde los gatos eran animales familiares de las brujas; sobre todo los de color negro que representaban al Diablo y, por ello, la superstición los consideraba portadores de mala suerte. El mismo Poe lo señala en el cuento:

“Mi mujer, que era en el fondo algo supersticiosa, hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creencia popular que consideraba a todos los gatos negros brujas disimuladas”[7].

Asimismo, entre los indios americanos, el gato era respetado por su astucia e inteligencia, lo cual le permitía llevar a cabo sus empresas con éxito. Otro aspecto muy interesante en el cuento de Edgar Allan Poe es, precisamente, el nombre de este gato: Plutón.

La simbología de Plutón en la astrología es bastante particular. Plutón es el príncipe de las tinieblas, el cual alcanza la noche original del alma[8]. ¿Y cuál podría ser la noche original del alma? ¿Será acaso la locura? Por ahora, podemos afirmar que hay una innegable relación entre Plutón como “una estancia en el infierno”[9] y el mundo griego del Hades.

De hecho, podemos sustentar esto desde la latinización de los nombres del Olimpo por parte de los romanos; Hades se transformó en Plutón tras la expansión latina en el mundo antiguo. Sin embargo, es en la simbología del color negro donde más indicios encontramos que nos ayuden a entender esta particularidad de los cuentos de terror de Poe. Según el diccionario de símbolos “el color negro representa el mal. Representa también la inconsciencia, ya sea por embriaguez, por la melancolía o por el infortunio. Representa el pesimismo, evoca la muerte, los atavíos de luto y los diabólico, satánico.

Gracias a lo anterior podemos rastrearlo en el cuento, la inconsciencia, la noche original del alma es indudablemente la locura. Los personajes de Poe muchas veces atraviesan por estados neuróticos en los que usualmente cometen algún tipo de acto cruel y sin sentido.

Una noche en que volvía a casa completamente embriagado, después de una de mis correrías por la ciudad, me pareció que el gato evitaba mi presencia…. Al punto se apoderó de mí una furia demoníaca y ya no supe lo que hacía. Fue como si la raíz de mi alma se separara de golpe de mi cuerpo; una maldad más que diabólica, alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi ser.”[10]

Sin embargo estos periodos de locura amainan, y se produce una insoportable culpa en el personaje por sus crueles actos. Culpa que acrecienta el odio del amo hacia el animal. Indudablemente, y tras haber señalado todos los aspectos simbólicos del gato, podemos afirmar, que el gato no es más que una presencia maligna, un demonio, es decir, el gato es el diablo. De hecho una facultad demoniaca se ve en la transmigración del gato. Plutón si bien fue asesinado por su amo, este reencarnó en el nuevo gato, provocando los mismos sentimientos de ira y odio en el amo. Y esta característica de la mutación es una de las tantas estratagemas del diablo. El diablo ama la metamorfosis, pone de manifiesto su capacidad mimética, es el Falsificador el diablo “Desde el perro negro que acompañaba a Fausto, hasta el falso ángel de luz que intentó vencer la tenaz resistencia de san Antonio, ha encarnado en casi todo aquello en lo que se puede encarnar”[11]. Cabe señalar que hay una cualidad desde lo religioso que explica este afán de oposición del diablo, un proceso atinómico que edifica una de las posiciones más representativas del diablo: El tentador. Toda cosa debe tener un opuesto y toda fuerza deberá provocar una reacción que se le oponga, algo muy claro en Poe desde Eureka y su principio de acción-reacción.

Así la religión cristiana tiene la encarnación del verbo, el hijo de dios, Jesucristo tiene su contraparte que lo imita de una forma contraria, el Anticristo. Como ya lo hemos señalado una de las figuras de la trinidad infernal más prominentes del diablo es la del tentador. En el cuento, indudablemente el gato tienta al hombre, lo seduce:

“Al sentirse acariciado se enderezó prontamente, ronroneando con fuerza, se frotó contra mi mano y pareció encantado de mis atenciones.”[12]

Tras la tentación, el hombresumado el a al hombre, lo seduceal mcipio de acci. ue provocae por sus crueles actos. comete el asesinato de su mujer en una arranque de locura e histeria pues esta le ha impedido asesinar al gato. Finalmente, el hombre que cree haber cometido el crimen perfecto es delatado por su arrogancia y por supuesto, por el gato. Cuando el personaje del cuento golpea la pared para afirmar la fuerza de estas frente a los policías, el gato aparece en acción:

“un quejido, sordo y entrecortado al comienzo, semejante al sollozar de un niño, que luego creció rápidamente hasta convertirse en un largo, agudo y continuo alarido, anormal, como inhumano, un aullido, un clamor de lamentación, mitad de horror, mitad de triunfo, como sólo puede haber brotado en el infierno de la garganta de los condenados en su agonía y de los demonios exultantes en la condenación”[13]. La labor de Plutón había sido consumada. Su amo había sido presa de su juego, lo había enceguecido con la ira, había transmigrado en otro gato que provocó el asesinato, para luego él erigirse sobre el cadáver de su esposa, triunfante. “Sobre su cabeza, con la roja boca abierta y el único ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato y cuya voz delatadora me entregaba al verdugo. ¡Había emparedado al monstruo en la tumba!”[14]

Quisiera concluir haciendo unas pequeñas referencias al autor. Muchos de los personajes de Poe tienen su origen en su vida misma. Poe decía: “El terror de mis relatos procede de la densa oscuridad de mi corazón”. Esta lucidez, producida paradójicamente por su desequilibrio mental, su locura y su neurosis hacen de la obra de este genial escritor una referencia obligada en la literatura de terror, en todo el mundo. Jorge luis Borges afirmaba que era imposible y abusivo juzgar la obra de Poe desde la neurosis, pues esta no podía ser referida para atacar la obra de poe, sino para explicar el génesis de la misma. Borges refería a Schopenhauer cuando señalaba que “no hay circunstancia de nuestra vida que no sea voluntaria; en la neurosis, como en otras desdichas, podemos ver un artificio del individuo para lograr un fin. La neurosis de Poe le habría servido para renovar el cuento fantástico, para multiplicar las formas literarias del horror. También cabría decir que Poe sacrificó la vida a la obra, el destino mortal al destino póstumo.” La muerte y la locura fueron los símbolos de que éste se valió para comunicar su horror de la vida; Así este trabajo anterior busca tan sólo demostrar de una forma humilde porqué Edgar Allan Poe se convirtió en la figura prominente que conocemos hoy en día. Fue el maestro del terror, así como el maestro de muchos autores que escribirían su nombre en la historia posteriormente. Para finalizar cierro con una frase de Jorge Luis Borges para defender a Poe de quienes lo acusaron de haber copiado el terror de la literatura alemana: El terror no es de Alemania, es del alma.”


Marlon Andrés Rueda



[1] Lovecraft. H.P “El horror sobrenatural en la literatura”. Distribuciones Fontamara S.A, México D.F. 1995. Pág. 7

[2] Lovecraft. H.P “El horror sobrenatural en la literatura”. Distribuciones Fontamara S.A, México D.F. 1995. Pág. 8

[3] Lovecraft. H.P “El horror sobrenatural en la literatura”. Distribuciones Fontamara S.A, México D.F. 1995. Pág. 9

[4] Schultz, Forrest. La base espiritual del romanticismo. Artículo online en: http://www.contra-mundum.org/castellano/schultz/Bas_Romant.pdf

[5] Bloom, Allan. “Amor y Amistad”. Editorial Andrés Bello. Santiago de Chile, 1993

[6] Bloom, Allan. “Amor y Amistad”. Editorial Andrés Bello. Santiago de Chile, 1993

[7] Poe, Edgar Allan. Narraciones Extraordinarias – El Gato Negro-. Editorial Iberia. Barcelona, 2002. Pág. 410

[8] Diccionario de Simbolos Online

[9] Diccionario de Símbolos Online

[10] Poe, Edgar Allan. Narraciones Extraordinarias – El Gato Negro-. Editorial Iberia. Barcelona, 2002. Pág. 410

[11] Cousté, Albert. La biografia del diablo. Circulo de lectores S.A. Barcelona, 1978.

[12] Poe, Edgar Allan. Narraciones Extraordinarias – El Gato Negro-. Editorial Iberia. Barcelona, 2002.

[13] Poe, Edgar Allan. Narraciones Extraordinarias – El Gato Negro-. Editorial Iberia. Barcelona, 2002.

[14] Poe, Edgar Allan. Narraciones Extraordinarias – El Gato Negro-. Editorial Iberia. Barcelona, 2002.